“No des una charla, monta un show” (Don’t make a speech. Put on a show) es el título de uno de los capítulos de uno libro de Paul Arden, publicista, director creativo de Saatchi & Saatchi y cuyos libros de coaching y motivación le convirtieron en un autor influyente hasta su muerte en 2008: Usted puede ser lo bueno que quiera ser (It's Not How Good You Are, It's How Good You Want to Be: The world's best selling book)

Arden explica en su libro, entre muchas otras cosas, que cuando tienes la ocasión de hacer una presentación, los asistentes acuden para verte y tienes que aprovechar esa ocasión para sorprenderles. Al igual que cuando escuchamos una canción lo que recordamos es la melodía y luego nos aprendemos la letra, Arden nos invita a ganarnos la atención del asistente con imágenes que le sorprendan y cautiven hasta tal punto que una vez acabada la presentación la recuerden. Porque cuanto más recuerden la presentación, más te recordarán a ti.

Construye tu presentación con 5 elementos clave

Aunque no siempre que realices una presentación vas a poder evitar mostrar información escrita, el concepto de show es perfectamente válido: haz de tu presentación algo tan memorable, que requieran tus servicios.

  • Conoce a tu auditorio: porque eso te ayudará a definir qué tipo de presentación has de hacer: no podrás hacer el mismo uso de la imagen si presentas el eslogan de la empresa o su sistema de imagen (en la que podrás ser más conceptual) que si lo que presentas son los resultados financieros de tu empresa al Consejo de Administración. En este último caso, puedes traducir la abundancia de información financiera en infografías que transformen los datos en imágenes visuales y vincular tu presentación con otros documentos que contengan las cifras desagregadas, o incluso diseñar un panel de business inteligence a medida de este tipo de presentaciones.
     
  • Estructura tu presentación y comienza enseñando y explicando un índice de la sesión para que los asistentes entiendan de qué vas a hablar. Y digo hablar porque siendo una presentación, el documento de soporte (visor de diapositivas de powerpoint, key note, openoffice, etc) debe estar concebido para ser visto en pantalla o proyectado. Asimismo, guía a tus asistentes durante la presentación con elementos visuales que les permitan saber dónde se encuentran en cada momento.
     
  • Más imágenes que palabras, es un buen consejo para que el documento apoye tu charla. Y debes emplear un tipo de letra grande para el cuerpo de texto (mínimo de 24 puntos). Emplea gráficos e imágenes de calidad que apoyen tu exposición. Convierte los datos abundantes en gráficos e infografías que faciliten su comprensión aligerando la carga de contenido de la diapositiva. Y adapta las animaciones y transiciones a tu discurso evitando que cansen a los asistentes.
     
  • Las presentaciones no se leen. Puedes entregar un documento escrito al finalizar la presentación (o enviarlo por email más adelante), pero la presentación no debe consistir en que tu leas a los asistentes el contenido escrito en una diapositiva que se esté proyectando. Para eso ahórrate la presentación y remite el documento directamente por email.
     
  • Tú marcas el tempo mientras realizas tu presentación. Si el cliente te ha recibido es para escucharte y, aunque te pregunte sobre la marcha e interrumpa tu guión, tú tienes el timón del show y puedes guiar la sesión como mejor te convenga. Mantén la atención de la audiencia y ajusta las interrupciones de tu exposición. Ten en cuenta que cortar el ritmo de tu charla puede dar luar a que parte del público pierda el hilo (y no sea capaz de recuperarlo) o que el que se despiste seas tu. Concentrar las sesiones de preguntas cuando hayas finalizado la presentación es una buena medida. No siempre será posible.

Un último consejo que debes recordar: ¡no hagas una presentación, monta un show!

En Amaseme tenemos mucha experiencia desarrollando presentaciones y podemos ayudarte a superar ese momento. Contacta con nosotros.

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