Youtube es hoy el tercer sitio web más visitado del Mundo (detrás de Google y Facebook). Y aunque tiene prestaciones de red social por ser un espacio web en el cual puedes interactuar con otras personas (puedes crear un canal personalizado en el que mostrar tu perfil, tus vídeos, otros vídeos de tu interés, desde el que puedes enviar invitaciones o al que puedes invitar a otros usuarios, etc) no es considerado por los usuario de internet como una red social.
Como usuarios no nos lo parece (o eso dicen las encuentas) pero de hecho tiene estructura de red social: puedes comentar y responder a comentarios; compartir con otros usuarios o tus conocidos tus “descubrimientos” o tus creaciones vía email o en otras redes sociales… Y por ello lo vemos más como un buscador de vídeos.
De hecho, Youtube es una fuente inagotable de experiencias (“how to”) que nos permiten aprender desde matemáticas a cómo restaurar una cremallera o cómo decorar de forma artística tus uñas, pasando por una alternativa para aprender idiomas.
¿Y compartir las experiencias no es un elemento clave de una red social? ¿compartir nuestras opiniones no es una forma de hacer red social? La respuesta es sí.
